Siempre los reprimen, no les dan espacios
y les aconsejan que vayan despacio.
Siempre les imponen, nunca les consultan
los hacen callar cada vez que preguntan.
Pero cada día los adolescentes
reviven los sueños que pierde la gente.
Bienvenidas sean su limpia sonrisa
y sus alas nuevas que mueven la vida.
Tratan de arrancarlos de sus ilusiones
con viejas recetas y largos sermones.
Los tratan de adultos cuando les exigen
los tratan de niños cuando les prohiben.
Les ponen barreras y los subestiman
y los utilizan y los desaniman.
Les cortan las alas, cuando se enamoran
que para eso hay tiempo, que aún no es la hora.
Su sangre caliente, bienvenida sea,
son caminos nuevos, son la primavera.
De Adolescentes
Pablo Estramin
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